
Rodeada de montañas y glaciares se encuentra Juneau, la capital de Alaska. Solo se puede llegar a esta ciudad en ferry o avión, debido a su ubicación en el Archipiélago Alexander. En general, la geografía del estado gobernado por Sarah Palin imposibilita la construcción de carreteras, y por esa razón la mejor manera de acceder a determinados lugares es usando los hidroaviones, un medio de transporte muy popular en esta región.
A principios de este año, más precisamente el 16 de abril, una fuerte avalancha destruyó varias torres de alta tensión que enviaban, desde una central, más del 80% de la energía de la ciudad. Obligados a generar electricidad con petróleo, los casi 31.000 habitantes de Juneau vieron cómo la tarifa por la electricidad creció un
400%.

Un día después de la avalancha, las autoridades de la ciudad declararon el estado de emergencia, y el 23 de abril presentaron un paquete de medidas para reducir el consumo de energía. Entre ellas, se destacan, la orden de desenchufar todas las computadoras del ayuntamiento al final del día, y la reducción de la iluminación en los edificios públicos.
Por su parte, los hoteles optaron por remover parte de las lámparas que iluminaban sus dependencias, y en la biblioteca de la ciudad uno de los dos ascensores estaba fuera de servicio. Incluso, los niños sacrificaron el tiempo que le dedicaban a los video juegos y la televisión, para ayudar también ellos con el ahorro energético.
Con el afán de rebajar el consumo eléctrico, también se decretó, el cierre del sauna de la ciudad. Las autoridades recomendaron a la población que reemplace las bombitas incandescentes por bombitas fluorescentes, o que tomen duchas más cortas, ya que según los cálculos del gobierno local, después de la calefacción, el calentar agua es el segundo ítem en que más energía gastan los hogares de la ciudad.
Para mediados de junio, las torres eléctricas dañadas ya estaban arregladas, y aun así, los habitantes de Juneau, aseguraron que no piensan retomar el nivel de consumo de energía que tenían antes, ya que se acostumbraron, debido a una necesidad, a vivir sin derrochar más energía de la necesaria.
Juneau logró, en casi un mes, reducir su consumo de electricidad en 30% gracias a medidas como reducir la iluminación de sus edificios o, incluso, ver menos televisión. El resto del mundo, ¿podrá seguir el ejemplo?
Podemos hacer muchas cosas para ahorrar energía y pensar siempre en la utilización de nuevas fuentes de energía, que no contaminen más el planeta
ResponderEliminarsería bueno que aquí en la Argentina siguiéramos ese ejemplo
ResponderEliminarque pasaría si eso sucede en la Argentina?
ResponderEliminarpodriamos tomar este ejemplo y aplicar medidas concretas en nuestro país, sobre todo en todas las dependencias públicas, donde se pueden ordenar hacerlo
ResponderEliminarsi allí pudieron porque nosotros no?
ResponderEliminarsi bien podemos ahorrar energía lo cierto es que necesitamos producir más para crecer como país. Y no solo por las necesidades de la industria y del comercio; sino porque la iluminación nocturna permite el desarrollo en muchas zonas, porque brinda mayor seguridad, de lo contrario aumentarían los delitos y muchos lugares serían intransitables e inseguros
ResponderEliminarvamos a tener que reducir el consumo doméstico en serio porque si los que producen además de la crisis tienen corte de energía van a tener mayores problemas y despues toda la sociedad va a sentir las consecuencias recordemoslo ahora en el verano, no es necesario usar el aire acondicionado para tener que andar abrigado dentro de la casa
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