lunes, 1 de diciembre de 2008

UN MUNDO SIN NOCHE

¿Dónde quedó la oscuridad de la noche cuando miramos el cielo?
Nuestras noches ya no son negras, a lo sumo serán un tanto grises. Para otros un poco rosas, rojas, naranjas o celestes. Todo depende de las luces que refleje.
No existe más el romanticismo bajo la luz de la luna y las estrellas, la contaminación lumínica nos robó la noche.
Pero, ¿de qué se trata esta contaminación? es resultado de una iluminación que permite que la luz artificial brille hacia afuera y en dirección al cielo, en vez de concentrarse en el suelo. De esta manera desvanece la oscuridad y altera los niveles de luz, según explica Verlyn Klinkenborg de National Geographic.
De acuerdo con las imágenes satelitales que se han logrado obtener, los sectores más afectados del globo son Europa, la mayor parte de los Estado Unidos , el Valle de México (imagen de la izquierda) y Japón. Al sur de nuestro continente, los más afectados son Buenos Aires y Río de Janeiro.
Es claro que las áreas de mayor incidencia son aquellas en las que el desarrollo tecnológico es mucho más avanzado que las ciudades o países menos desarrollados. No es un dato menor aclarar que la menos afectada en el mundo es la República Centroafricana.
Parecería exagerado decir que hemos alterado hasta la vida animal, ¿quién no ha escuchado cantar a los pájaros a deshoras? Los científicos aseguran que los días artificialmente largos, y las noches artificialmente cortas, provocan trastornos en los patrones de migración de las aves y causan períodos más extensos de alimentación.
Es frecuente oír que se asocie a la luz eléctrica con un signo de progreso, pero, ¿realmente eso es progreso? Áreas iluminadas en un mapa nocturno de la Tierra.